Cuando perdemos un ser querido surge una nueva fecha especial en el calendario que guardamos en la mente y el corazón y se trata precisamente del día en que se conmemora el aniversario de fallecimiento; fecha que al igual que el día de su cumpleaños o la celebración del día de la Madre o del Padre, Navidad, Año Nuevo, entre otras, hace que se generen una cantidad de sentimientos encontrados, que revivan momentos de dolor y tristeza al interior de las familias.
Es completamente normal y natural sentirnos abatidos y sumergidos en la tristeza, especialmente cuando nos enfrentamos a estas primeras celebraciones sin la presencia de nuestros seres queridos, se trata de una reacción emocional ante la sensación a la que nos estamos enfrentado; inclusive podemos sentir rabia e incomodidad por las manifestaciones y celebraciones que adelantan nuestros vecinos, conocidos y compañeros, ya que al contrario, nosotros no contamos con la presencia, el abrazo o el beso de esos seres amados que tanto extrañamos.
Es importante entender que este tipo de sentimientos no significa que estamos retrocediendo en el proceso de elaboración del duelo, todo lo contrario, hacen parte del aprendizaje y cambios en la mecánica y estilos de vida, que son necesarios y obligatorios adelantar ante la pérdida.
No obstante, se pueden presentar ocasiones en las que familiares y personas más allegadas al ser querido fallecido, atraviesan por algo que se conoce como «duelo bloqueado», en donde cada mes, la fecha que coincide con el día del fallecimiento, traen a la memoria minuto a minuto lo sucedido como si estuviesen viviendo de nuevo el momento en que se enteraron del fallecimiento de sus ser amado, buscando de manera inconsciente un final diferente; como si esa fuera la oportunidad precisa para despertar de una larga pesadilla.
Este tipo de episodios por lo regular están acompañados de mucha angustia y sufrimiento, y terminan convirtiéndose en un factor que no favorece la primera etapa del proceso de aceptación de esa nueva realidad; siendo recomendable buscar apoyo de un profesional que guie y acompañe de forma correcta la elaboración del duelo.
Hagamos un homenaje a su memoria
La invitación, como herramienta para fortalecer el proceso de duelo en esos días de poca fuerza emocional, es precisamente prepararnos con anticipación para conmemorar de manera especial esa fecha, vinculando elementos y recuerdos de momentos especiales vividos con nuestros seres queridos; de traer a nuestros espacios familiares todos los legados que a lo largo de la vida nos dejaron; es necesario que veamos estas fechas especiales como una oportunidad para recordarlos con amor reafirmando que siguen viviendo en nuestro corazón y en nuestra mente y que sus enseñanzas y recuerdo estarán siempre presentes en nuestras vidas.
Porque las personas mueren realmente cuando las olvidamos.
Realmente no existe una «manera correcta» para celebrar un aniversario o día especial, cada persona y cada recuerdo son diferentes e invaluables. Por tanto se pueden elegir actividades que sean significativas para nosotros, para los recuerdos que deseamos honrar y positivas en el proceso de duelo. Planear las actividades con tiempo, preferiblemente en compañía de los familiares más cercanos y no dejar estas fechas importantes al destino o a lo que simplemente pueda pasar.
Aquí dejamos algunas ideas que pueden ser útiles y de gran ayuda:
- Reunirnos en familia, encender una vela conmemorativa en honor a nuestro ser querido pasándola de mano en mano, donde cada persona tenga la posibilidad de mencionar momentos especiales vividos con su ser amado.
- Planificar una celebración conmemorativa en una capilla o iglesia, donde se invite con anticipación a la familia y allegados.
- Organizar un altar conmemorativo, vinculando una fotografía de su ser querido para recordarlo de manera especial, donde cada persona tenga la oportunidad de escribirle un mensaje dándole gracias por todo el tiempo que les dedicó y los momentos compartidos.
- Los mensajes se pueden depositar en un recipiente y luego acompañados de una oración, de una canción o de un silencio interior, pueden proceder a quemarlos.
- Hacer una obra social en memoria de su ser querido.
- Visitar el cementerio o iglesia donde descansa su ser querido. Seguidamente y como muestra de gratitud se puede organizar un compartir en familia.
Yenny Alexandra Forero Vega
Los Olivos, Un homenaje al amor
